Participó en las guerras civiles de su país y desarrolló su carrera periodística y escénica en Buenos Aires. Es, quizá, el primer autor importante del teatro argentino.
Influido por las ideas del anarquismo y el socialismo y por el teatro italiano, autodidacto, bohemio y enfermo, escribió veinte piezas teatrales, a las que cabe agregar su serie de artículos Cartas de un flojo (1900) y el ensayo El caudillaje criminal en Sudamérica (1903). Se denomina "época de oro" del teatro argentino al periodo que hay entre el estreno del sainete de Sánchez, Canillita (1902), llevado a escena por una compañía española de zarzuelas, y 1910, año de la muerte del autor en un hospital de caridad de Milán, durante un viaje por Italia.